El picozapato (Balaeniceps
rex) es una especie de ave pelecaniforme,
la única de la familia Balaenicipitidae.
Su nombre común
alude a la forma de su enorme pico.
Este animalito
impresiona cuando te enteras de sus dimensiones. Mide entre 1,15 a 1,50 m
de altura, de 1,00 a 1,40 m de largo y tiene una envergadura de
entre 2.30 a 2.60 m.
De color grisáceo, más claro en
las alas, largas patas y un pico inconfundible terminado en una especie de
garfio afilado, habita la zona este y tropical de África en pantanos y riberas,
desde Sudán hasta Zambia. Prefiere las marismas inundadas estacionalmente con
densa vegetación y las áreas de vegetación flotante, a menudo formada por
papiro. Se alimenta en aguas fangosas, comiendo desde peces pulmonados y
similares, a ranas, tortugas, carroña y por lo visto incluso algún que otro
pequeño cocodrilo, uno de sus principales depredadores. Es un ave monógama
aunque muy solitaria, cazando la pareja por separado aún en un mismo
territorio. Ambos se preocupan de la nidificación, la incubación y la crianza.
Suelen poner de uno a tres huevos de color blanco en el nido, formado por un
cúmulo de vegetación pisoteada previamente y de entre 3 a 4 metros de ancho. A pesar de los cuidados suele sobrevivir uno sólo,
del que tras un mes de incubación nace un joven polluelo de color pardusco para
mimetizarse con el entorno y pasar todo lo desapercibido que pueda ante sus
depredadores. Aproximadamente a los 95 días el jovenzuelo ha desarrollado sus
plumas y empieza a pasear por el nido, sin alejarse mucho de éste. A los dos
meses alcanzará el metro de altura, pero sus padres cuidarán de él tres meses
más, ya que no se independizan por completo hasta pasados 5 meses de su
nacimiento, más o menos.
El polluelo no
alcanzará la madurez sexual hasta pasados tres o cuatro años y se estima que
puede alcanzar los 50 años de edad.
Se sabe muy poco de las costumbres y orígenes de
esta ave sumamente difícil de observar en su medio natural, en parte debido a
que se encuentra en peligro de extinción. Existen algunos ejemplares en
cautividad en varios zoológicos europeos.
El nombre de Balaeniceps Rex, significa algo así como
"rey cabeza de ballena" y se lo puso allá por 1850 John Gould, naturalista y
ornitólogo colaborador de Charles
Darwin.
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